Este último año ha vuelto a crecer el número de inscripciones de películas en los festivales, muchos de ellos españoles. Durante los últimos meses he hablado con directores de festivales, que han visto como el número de películas presentadas se han duplicado e incluso triplicado en uno solo año.
Se trata de un tema que se ha hablado mucho, incluyendo algunas sesiones de trabajo organizadas por la Coordinadora del Cortometraje en los festivales de Alcine y Soria.
Hasta hace muy poco el aumento del número de inscripciones era un buen síntoma y demostraba que el festival era reconocido. Las noticias y las apariciones en prensa se encabezaban con el número de películas inscritas, pero ahora ha pasado a ser un problema para muchos.
El envío de películas se ha disparado de manera exponencial, hay festivales que han pasado de recibir 1500 y 2000 inscripciones a 6000 en un solo año.
Este aumento es difícil de gestionar, sobre todo cuando se cuentan con pocos recursos y con equipos de programación formados por colaboradores. La mayoría de estos casos suelen ser en festivales que han abierto convocatoria en varias plataformas.
Hay varias medidas que se pueden tomar para controlar este flujo de inscripciones, pero sobre todo tienes que conocer bien las posibilidades de tu festival y hasta donde puedes llegar. En este post puedes ver algunas medidas que los festivales están tomando y algunas otras opciones que se pueden tener en cuenta para controlar las inscripciones masivas de películas:
#1 Especialización
La especialización de los festivales es una medida fundamental, ya que ayuda a la segmentación del público y a crear una comunidad de seguidores fieles (LGTB, Derechos Humanos, cine fantástico y de terror, cine de mujer, documental, infantil y juvenil y un largo etc). Además de centrarse en un tema o segmento determinado, también se trata de apostar por una línea de programación concreta.
La mayoría de los festivales que tienen problemas por la masificación de envíos son de carácter generalista, ya sea de cortometrajes o de largometrajes. Sundance, por ejemplo, recibe más de 12.000 películas al año, pero no supone un problema.
#2 Duración
Una de las maneras más directas de controlar las inscripciones es estableciendo límites de participación por la duración de las películas, por ejemplo, hay festivales que solo admiten cortometrajes hasta 15 min. o hasta 20 min. El problema de esta opción es que puedes dejar fuera películas con mucha calidad.
#3 Reducir o ampliar el periodo de la convocatoria
Hay algunos festivales que reducen el tiempo que tienen abierta la inscripción. Un ejemplo de esta medida es el Festival de Huesca, que tiene previsto abrir el periodo de inscripciones solo un mes. También se puede tomar la medida contraria, tener la convocatoria abierta mucho tiempo, pero cerrar con meses de antelación a la celebración del festival. Esto permite tener tiempo suficiente para ver todas las películas presentadas.
#4 Complicar la inscripción
Esta es otra de las opciones que algunos festivales están comenzando a aplicar. Si el problema es que en la actualidad se han simplificado los procesos de inscripción, que mejor manera de volver a complicarlos para frenar el flujo de inscripciones. De esta manera algunos festivales han creado formularios propios, donde se puede añadir un enlace y una contraseña para el visionado.
También es posible solicitar documentación que solo cumplan un número reducido de películas. En el caso de cortometrajes hay festivales que están pidiendo la licencia de calificación y la nacionalidad expedida por el ICAA, que no todos los productores ni directores tienen antes de distribuir sus películas.
#5 Ampliar el equipo de programadores
A pesar de todas estas medidas, la más lógica sería contratar a más programadores y que todas las películas presentadas puedan ser visionadas sin problemas. La realidad es que los festivales no cuentan con recursos suficientes para asimilar los gastos que conllevan el aumento exponencial de inscripciones.
#6 Crear tasas de inscripción
En relación a la anterior, crear tasas de inscripción es la medida más efectiva para controlar el aumento de inscripciones. Sobre todo porque vincula el número de películas inscritas a un aumento de los ingresos. Con esta opción el aumento de inscripciones dejaría de ser problema, para convertirse en una fuente de financiación. Tener más recursos puede ayudar a pagar a los programadores y contratar nuevos.
Los festivales tienen que trabajar para que todas las inscripciones que reciben puedan ser visionadas y valoradas en las mejores condiciones posibles.
El aumento de la producción de películas, que cada año haya más movimiento y ganas de crear debería ser una buena noticia. Los festivales deben analizar su situación y establecer medidas para saber controlar este flujo constante de producciones y ofrecer una programación que sea coherente con su línea editorial.
¿Conoces alguna otra medida que puedan tomar los festivales? Si gestionas un festival, eres director o productor, me encantaría recibir tus comentarios.