La mayoría de los directores de cine que empiezan su carrera tienen como objetivo hacer un largometraje. A pesar del auge del cortometraje y de otros formatos la industria audiovisual se continúa cimentando en el películas de más 70 minutos.
La necesidad de hacer películas de largometraje y la democratización de los medios de producción ha dado lugar a una situación muy curiosa. Hoy en día puedes hacer un cortometraje o un largometraje sin mucha diferencia en presupuestos y medios de producción. La duración ya no determina la tipología de un proyecto, hay cortometrajes con muchos más presupuesto que algunos largometrajes ultraindependientes.
Debido a esta situación conozco cada vez más casos de largometrajes que han nacido en la sala de montaje, producciones que empezaron como un cortometraje pero que, poco a poco, y por decisión de su director, se han alargado hasta los 60 minutos.
Aunque en la ficción es más difícil, es algo más habitual en el documental. Muchas veces se afrontan algunos proyectos sin tener muy clara la duración, en la fase de montaje se va definiendo la película hasta convertirse en un largometraje, mediometraje o cortometraje.
En la fase de producción y sobre todo en montaje, cuando ya hemos grabado todo el material, el impacto presupuestario puede llegar a ser asumible. No ocurre como antes, cuando se rodaba en 35 mm. era imposible.
Ahora solo hay que tener en cuenta que los procesos de postproducción pueden ser un poco más caros, ya que se necesita más de tiempo, el incremento de gasto puede merecer la pena a muchos directores.
Al fin y al cabo estás haciendo un largometraje.
Pero, cuidado. En la distribución te puedes encontrar varios problemas, es en esta fase donde tener un corto o un largometraje cambia mucho y puedes encontrarte con situaciones que no esperabas.
Cada vez veo más necesario tener claro cuales son las consecuencias de hacer un largometraje en vez de un corto, sobre todo a la hora de afrontar la fase de distribución.
Es importante tener todos los elementos de juicio posibles y que no te lleves ninguna sorpresa desagradable, cuando ya sea demasiado tarde.
Estas son cinco consideraciones que podrías tener en cuenta:
#1 El precio de las tasas
Esta es la primera sorpresa desagradable que te vas a encontrar. Las tasas de inscripción para los largometrajes pueden llegar a duplicar los precios de los cortometrajes.
El gasto en tasas puede generar mayores costes que los de la propia producción, sobre todo en películas de muy bajo presupuesto.
Por ejemplo, en la Berlinale el precio de la tasa para un corto es de 60€ y de un largometraje de 150€, más del doble. En Sundance la diferencia se reduce, en el early deadline son $40 frente a los $65 de un largometraje.
Además, la mayoría de los festivales de largometrajes cobran tasas de inscripción, por tanto es un concepto que tienes que tener en cuenta en tu presupuesto, no puedes obviarlo.
Hay otra circunstancia que no debes olvidar. En el ámbito de los cortometrajes es más fácil negociar un descuento o una waiver (excepción de pago), ya que hay festivales que intentan apoyar a directores que están empezando. Pero, con los largometrajes estamos en otra liga, es un ámbito de carácter más industrial y por tanto, mucho más complicado para negociar una tasa de inscripción.
#2 Menos festivales y menos selecciones
Hay menos festivales de largometrajes, es un circuito más reducido que los cortometrajes. Pero no solo eso, las competiciones de largometrajes suelen tener menos largometrajes seleccionados que cortometrajes.
Hay festivales que pueden seleccionar 10 largometrajes frente a 20 o 30 cortometrajes. Por tanto, las posibilidades de hacer un circuito potente de festivales se reducen drásticamente. El circuito de festivales de largometrajes es mucho más competitivo.
#3 Compites en las secciones oficiales de largometraje
En línea con lo anterior otro elemento que a veces no se tiene en cuenta. Compites con directores o películas que han podido tener mucho éxito en otros festivales.
Con un largometraje puedes entrar a competir en la misma sección de la última Palma de Oro en Cannes o la película que ganó los premios más importante en Berlín. Así como con la última película de un director muy prestigioso.
Te cuidado con esto, es verdad que hay películas muy pequeñas, con bajos presupuesto que han conseguido mucho éxito en festivales internacionales y han hecho frente a grandes producciones.
Pero tu proyecto, que nació como un cortometraje y estas pensando ahora alargarlo hasta un largometraje, puede que no esté al nivel para conseguir cierto éxito en el circuito.
#4 La duración
El concepto de largometraje es relativo, puedes alargar tu corto hasta los 60 minutos para convertirlo en un largometraje y luego resulta que en muchos festivales lo van a considerar como un mediometraje o incluso un cortometraje.
Revisa este post que escribí hace tiempo sobre los límites de duración de las películas. Hay festivales como IDFA de Amsterdam que consideran largometrajes aquellas películas, solo con una duración a partir de 70 minutos, en Italia se suele considerar cortometrajes aquellas películas por debajo de los 70 minutos.
#5 Será tu ópera prima
Por último, un motivo más de carácter personal. Si es tu primera película estarás haciendo tu ópera prima.
¿Vas a tener recursos para aprovechar al máximo el circuito de óperas primas?
Existe muchos festivales para primeras películas que deberías aprovechar, si no lo haces, lo tendrás más complicado para tu segunda o tercera película. A partir de la cuarta ya dejas de ser un nuevo realizador.
Indielisboa, por ejemplo, es uno de los pocos festivales para nuevos realizadores, que admite hasta la tercera película del director. Lo más habitual para este tipo de festivales es admitir hasta tu primera o segunda película.
Hay otros festivales, como el caso de Locarno, donde solo se admiten cortometrajes a competición de aquellos directores que previamente no tienen una largometraje, ya que buscan nuevos realizadores. Por lo que este caso, si ya tienes un largo no podrás participar con cortometrajes en Locarno.
Si lo tienes claro, adelante
En cualquier caso, si lo has pensado bien, estás seguro que ha llegado al hora de hacer tu ópera prima y que el proyecto de cortometraje que rodaste se puede convertir en un largo, adelante.
Planifica bien una estrategia de festivales, destina el presupuesto necesario y empieza a moverte por los festivales.
Se trata que tengas claros tus objetivos y luches por lograrlos.
¡Mucha suerte!
Doménec dice
Hola Ismael:
Como siempre, felicidades por las aportaciones, ideas y sugerencias hacia el sector de los que empezamos. De cualquier manera, tras mi corta experiencia, he descubierto que en el campo del documental, por ejemplo, es más fácil vender un largometraje que un cortometraje. El corto documental no tiene mercado más allá de festivales, etc; mientras el largo documental a partir de los 60 min, sí.